¡El tercer mes! el fin de mi primer trimestre. Miedo y Gratitud.
Increíblemente pasó el primer trimestre. Aunque los días fueron eternos y contaba los minutos para la próxima consulta para poder escuchar el corazón de mi bebé y ver su desarrollo, hemos sobrevivido al primer trimestre y su órbita extrema de cambios y adaptación. Definitivamente, cada semana, y cada mes tienen su magia y su sentido. Hay que aprender a abrazar nuestra vida y la que crece dentro de nosotras.
Un libro maravilloso que me ha servido mucho es "Sacred Pregnancy" de Anni Daulter (recomedado 100%), un regalo estupendo que me ha sido dado por mi gran amiga Diana Vegas. Allí se describe semana a semana el proceso mental, físico y espiritual de la madre y el bebé. Además de que te invita a documentar todo lo que pasa. No dejes de revisarlo...
Mi tercer mes: Reflexiones
Lo más difícil de este tercer mes ha sido la aceptación de que seré mamá. Aunque lo haya deseado desde el primer momento, la angustia de sí seré una buena madre, si es el momento correcto, son sombras que aparecen como nubes llenas de agua que muy pronto estallan en lluvia, llanto, insomnio, hambre y rápido se van dejando un aire limpio y nuevo. No permito que la tormenta dure mucho, pues eso no nos beneficia (ni a mi ni al bebé). Me dedico a enviar la mayor cantidad de energía positiva al universo y al pequeño cosmos que crece en mi ombligo. Aunque la aceptación está en mi corazón, las hormonas, la vida creciendo y la vida transcurriendo afuera se vuelven drásticas.
Cada día trato de ser más creativa, proactiva y dedicarme tiempo de calidad a mi cotidianidad. Trato siempre de ser mejor y no me extraña que cuando más quiero ser positiva y alegre, más difícil se ponga el panorama. Pero, a fin de cuentas de eso se trata ¿no? De vencerse a sí mismo y no dejarnos atrapar por nuestras propias artimañas mentales.
Este tercer mes me he sentido más consciente, pero igual de cansada y hambrienta. Hasta insomnio he tenido y sueños bastante alocados. He soñado con mi bebé aunque no tengo certeza de su sexo.
He sentido que mi cuerpo es un templo y un hogar donde lo más hermoso y puro se manifiesta. He investigado mucho sobre el parto y sobre como quisiera que mi bebé viniera a este mundo: en mi casa, en mi cama, en mi calma, en mi sacralidad, con mi esposo y personas escogidas para este trance de luz, "dar a luz". En mi ritmo y armonía, en mi fe y mi frecuencia universal; en mi esencia lejos de toda frialdad y miedo. Alejo cada día los miedos y debilidades. Siempre hay temor de un aborto, de hacer algún daño al bebe, de poder parir pero protejo mi hogar y mi vientre con mi energía y alimento lo positivo. Aunque claro, no dejo de creer que todos escogemos la vida, el vientre, el momento y la forma para nacer. Estoy abierta a recibir con amor la vida que creo en mi barriga, a respetarla y honrarla con mi vida, cuerpo y alma.
Este tercer mes he podido salir más de casa. Con más energía y buen ánimo. Inicié mi terapia de acupuntura donde llevo un tratamiento especial para mi bebé. Agujas en puntos que activan la vejiga, la puerta del espíritu y la limpieza del karma. Es una experiencia renovadora, pacificadora y purificadora. También comencé a tomar flores de Bach para equilibrar el cóctel hormonal, y así bebé también disfruta de la calma de mami. Y claro, mi llave maestra, mi mantra eterno, mi mandala infinito: nam myoho renge kyo.
Este tercer mes me he vuelto más ducha picando frutas en la mañana, preparando comidas sanas (y otras no tanto), escuchando a mi cuerpo y a mi estómago con agilidad y sabiduría. Sin darme golpes de pecho por algún antojo pero siempre equilibrándome. Dándome mis gustos y queriéndome. Amando a mi bebé. Recuerdo esa pasta blanca con camarones y salmón fresco, el pie limón que hice y el pasticho recordando a mi madre... Me compré unos collares hermosos que quiero usar en los capítulos de miembarazotv, y me puse creativa haciendo otros para vender. Quiero hacer otros para usarlos en mi parto y aprovechar la inspiración y la creación que brota de mi ser.
Este tercer mes me he sentido súper guapa: disfruto de mi cuerpo en transformación. De mi cabello más lacio, de mi piel más saludable, de la ausencia de químicos y tóxicos e mi cuerpo, del agua abundante que bebo, del sueño que llevo y el apoyo. Mi familia, mi esposo, mis padres, mis suegros, mis amigas y el círculo de hermandad que florece.
Este tercer mes a pesar de todo esto ha sido difícil también: por llevar 3 lunas sin tener la menstruación y no parecer embarazada. Por no tener una panza grande, las personas que no saben de mi embarazo (porque no es evidente todavía) te hablan y tratan de cosas que tal vez si vieran la panza lo harían con más sutileza. Esto ha sido duro porque he tratado de ahorrarme momentos pesados, noticias y conversaciones o discusiones por proteger mi ciruelita. Pero la vida es así: no nos debe nada, nosotros sí a ella y mucho. Por eso he trasformado todo hacia la GRATITUD. Por todo gracias. Recibo todo con amor porque el amor trasforma el veneno en medicina. La fe y el amor, dos caras de una misma moneda. Mi única moneda y en la que apuesto todo.
Este tercer mes ha sido único, como los anteriores y los siguientes.
Gracias. Gracias. Gracias.